¿Alguna vez sientes que tu hijo adolescente es de otro planeta, que habla un idioma que no entiendes, que se interesa por cosas que no conoces? Tranquila. Esto es un fenómeno común. Tu hijo adolescente no es raro, simplemente es adolescente. Su adolescencia no tiene por qué ser como la tuya. Sus intereses no tienen por qué ser los tuyos.

La adolescencia no es igual para todos, pero sí que hay cosas comunes a todos, como la inquietud por tomar decisiones por sí mismos o la necesidad de responder a la pregunta “quién soy yo”. Sea como sea, la clave para que los padres puedan conectar con sus hijos adolescentes está, básicamente, en centrarse en la relación con ellos. En este momento de poco -o nada- sirven los castigos.

“La mejor manera de mantener a los niños en casa es construir una atmósfera agradable en el hogar”. -Dorothy Parker.

A continuación, vemos algunos métodos eficaces para que los padres se mantengan conectados con sus hijos adolescentes.

Haz preguntas y escucha

El primer paso para entender a un adolescente es hacerle preguntas, pero no cualquier tipo de pregunta. Las preguntas deben hacer de forma estratégica para que se abra y conteste.

Escuchar más que hablar y luego llegar a un acuerdo”, claves para que  nuestros hijos adolescentes desarrollen una autoestima sana

Ser demasiado directo o ir demasiado al grano solo favorecerá a que el adolescente se cierre. Es necesario involucrarlo en la conversación, hacerle sentir partícipe y, sobre todo, que vea que nos interesa lo que piensa (más que lo que hace).

Además, debes estar disponible para hablar en cualquier momento. Para la mayoría de los adolescentes, eso significa hablar a altas horas de la noche, muchas veces sobre temas que te parecerán triviales, o a las horas más inoportunas que puedas imaginar, pero está bien. Si tu hijo adolescente te reclama, habla, mejor dicho, escúchale y dale cuerda para que siga hablando.

Si eres una buena oyente tu hijo te contará muchas cosas, se desahogará contigo y te pedirá consejo. Si no lo haces tú, tendrá que buscar eso fuera. Así que no dejes pasar ni una sola oportunidad, aunque sea el peor momento del mundo. Y asegúrate de que tu hijo sabe que puede contar contigo siempre y en cualquier momento.

Indaga sobre sus intereses

Uno de los grandes problemas de comunicación con los adolescentes es entender de qué están hablando, incluso interpretar su lenguaje. Si no entiendes lo que te dice o está interesado por cosas que te suenan a chino tu deber es enterarte.

Lo desconocido nos da miedo. Es algo habitual. Salvar el muro de la ignorancia no solo nos hará perder el miedo a lo que hacen nuestros hijos, sino que nos permitirá establecer conversaciones con ellos y, lo que es más importante, verán que nos interesamos por sus gustos y nos esforzamos por comprenderlos.

Relájate

El hecho de que te intereses por lo que hace tu hijo e intentes estar en su onda no justifica que estés todo el día encima de él, aunque sea con una postura abierta y tolerante. Relájate y deja que tu hijo viva su adolescencia. Vigila, pero desde la distancia.

Las cosas están complicadas para los adolescentes de hoy. Tienen muchas puertas a las que llamar y muchas oportunidades para perderse, pero no puedes negarle todo ni protegerlo de todo, al menos si has hecho un buen trabajo educándolo previamente. Ahora es el momento de recoger los frutos de la educación de la infancia.

Busca oportunidades para estar juntos

Comer y/o cenar juntos es un hábito que debería instaurarse en la adolescencia. Si no es posible hacer las dos comidas con tus hijos, al menos esfuérzate por hacer una. Es una ocasión fantástica para tratar temas cotidianos, conocer cosas de tus hijos y darte a conocer, por no hablar de lo importante que es vigilar los hábitos alimenticios a esta edad.

Además, deberías planificar actividades de fin de semana con regularidad, como excursiones, viajes o actividades deportivas. Pero asegúrate de que tus hijos desean hacer eso, porque si programas algo que no les gusta conseguirás lo contrario de lo que buscas. Una buena manera de acertar es programar las actividades con ellos.

Consejos al mínimo

No hay nada mejor que dar consejos a un adolescente para que haga justo lo contrario. Además, con cada consejo no solicitado estás enviando a tu hijo el mensaje de que no es capaz de resolver los problemas por sí mismo.

En vez de dar consejos a tu hijo adolescente busca oportunidades para hablar y para que se desahogue, cuéntale historias tuyas con problemas similares o deja a su alcance libros o películas que puedan darle alguna idea. Lo que sea para que tu hijo alcance una solución o piense en ello. Si en vez recetas le das oportunidades para pensar volverá a por más.

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