Los adolescentes y el consumo de tabaco

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La mayoría de los adolescentes son conscientes de que el consumo de tabaco es una de las mayores causas de muerte. No obstante, esto no los disuade de probar productos del tabaco. Probar tabaco tan solo una vez los pone en riesgo de volverse adictos a la nicotina.

La American Academy of Pediatrics (AAP) respalda las medidas para ayudar a evitar que los adolescentes consuman tabaco, incluyendo la restricción de la publicidad, el aumento de precios de los productos y el aumento de la edad legal para comprar productos del tabaco. Consultar: La AAP explica por qué se debe aumentar la edad mínima para comprar tabaco a 21 años.

Consejos para evitar que los adolescentes consuman productos del tabaco:
*Dé el ejemplo a sus hijos. Los hijos de fumadores actuales o ex fumadores enfrentan un mayor riesgo de convertirse en fumadores.

Si fuma, intente dejar de hacerlo. Consiga el apoyo de su familia. Ver lo difícil que le resulta dejar de fumar podría ser suficiente para evitar que sus hijos comiencen a hacerlo. Designe su casa y su automóvil como zonas libres de humo.

Sea consciente de las veces que los niños ven fumar en las películas, los videojuegos y la televisión. La AAP recomienda que toda película, programa de televisión o videojuego que muestre el consumo de tabaco sea clasificado exclusivamente para adultos.

Cuente a sus hijos sobre los efectos secundarios del tabaquismo. Fumar perjudica la capacidad atlética, provoca arrugas, da mal aliento, mancha los dientes y cuesta mucho dinero.

Si los adolescentes empiezan a fumar, anímelos a dejar de hacerlo. Al dejar de fumar, las personas añaden años a su vida. No es fácil, pero todo intento debe considerarse un éxito.

Piense en otras formas de fumar. El tabaco sin humo, los narguiles, los cigarrillos electrónicos y los cigarrillos de clavo son todos adictivos y pueden causar problemas de salud. No es seguro consumir ninguno.

Advertencia: La industria tabacalera a menudo crea programas de prevención del tabaquismo para jóvenes que supuestamente están diseñados para evitar que los niños se conviertan en fumadores. Se ha demostrado que estos programas son ineficaces y que hacen más daño de lo que benefician. Siempre observe atentamente los programas o campañas de prevención del tabaquismo para jóvenes y entérese de quién lo respalda antes de presentar la información a sus hijos o a sus alumnos. Los programas para la prevención del tabaquismo deben estar basados en la evidencia y la industria no debe tener ningún tipo de supervisión sobre el contenido educativo.


Habla del tema con tus hijos y evitemos el consumo en niños y adolescentes.

Vía healthychildren.org

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