¿Reglas y libertad? Edúcalos con equilibrio

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Con los adolescentes, estamos entre la espada y la pared. Necesitamos respetar su creciente independencia, pero ellos siguen necesitando nuestra calidez y apoyo. Queremos mantenerlos sanos y salvos, pero ellos quieren que no nos metamos en sus asuntos. El truco está en encontrar un balance entre establecer reglas claras y límites pero a la vez darles algo de libertad.

Entonces, para mantener el balance a largo plazo, ajusta los límites, dándole así más libertad a tu hijo/as adolescente mientras ellos se ganan tu confianza. Para hacer esto, tienes que estar al tanto de lo que está pasando en la vida de tus hijos.

Haz que se reporte
como parte de su rutina diaria

La meta es saber dónde está tu hijo/a adolescente (especialmente después de la escuela), quiénes son sus amigos (por nombres, caras y voces), y cuáles son sus planes. Aquí tienes cómo averiguarlo.

Pasen tiempo hablando cara a cara cuando puedan, sin televisión o iPod: en las comidas, durante una merienda, mientras están en el auto, o cuando estén en la casa. (“¿Tienes mucha tarea esta noche?” “¿Qué harás mañana?” “¿Con quién vas al cine este fin de semana?”)

Pregúntale sobre su día. “¿Con quién caminaste a la escuela?” “¿El ensayo de tu acto es esta noche?”
Cuando vayan amigos a la casa, entra al cuarto a conocerlos y a ver qué están haciendo. “¿Y entonces, quién está aquí?” “¿Cómo les va?”
Pregúntale a sus maestros, a su entrenador y a su jefe cómo les está yendo a sus hijo/as en la escuela y en el trabajo.
Habla con los padres de los amigos de tus hijos sobre él/ella y ello/as. Si no conoces a los padres, hazlo. Preséntate la próxima vez que dejes a tu hijo/a adolescente en su casa, o cuando ellos dejen al amigo en la tuya. O llámalos para saludar, lo que sea mejor para ti.
Se parte de su vida. Ofrécete de voluntario en su escuela, lleva a su equipo a los juegos fuera de la ciudad, u organiza una actividad en grupo (un club de lectura, un grupo de excursionismo, etc.) que se reúna todas las semanas o algo por el estilo.
Tu hijo/a adolescente puede sospechar que usted está tratando de controlar su vida, pero no se eche para atrás. Dígale que quiere conocerlo mejor y estar al tanto de dónde está en caso de una emergencia. Prométale que usted está interesado e involucrado porque lo quiere, no porque no confía en él.

Si tú piensas que él está en problemas,
actúa inmediatamente.

Si su hijo adolescente simplemente se rehúsa a hablar sobre su vida y tú sospechas que algo está mal, no esperes para entrar en acción:

Presta más atención en casa. Antes de irte a la cama, habla con tu hijo para buscar señales de uso de drogas o alcohol. Vigila siempre cuando algún amigo se quede a dormir. Este es el momento en el que la mayoría de los adolescentes experimentan con drogas y alcohol. Si necesitas hacerlo, revisa el cuarto de tu hijo/a.
Cuando no estés, asegúrate de que está donde dijo que iba a estar. Hazlo que te llame, llámalo/a tú o ve a donde se supone que debe de estar y busca su auto a ver si está.
Establece reglas estrictas sobre fiestas. Averigua dónde son y si van a estar adultos presentes. Si no, no los dejes ir. Hazlo que te llame a la mitad de la fiesta. Es posible que su hijo no use drogas o alcohol si se preocupa de que vas a escuchar un cambio en su voz.
Cuéntale a los padres de los amigo/as de tu hijo/a sobre sus preocupaciones y pídeles que te llamen si ven algún tipo de comportamiento fuera de lo normal.
Manténlo ocupado después de la escuela. Inscríbelo a una actividad, un programa de música, un equipo de deportes, lo que sea que esté supervisado por adultos. Y asegúrate de que asista.

Anímalo a tomar riesgos saludables

Los cerebros y cuerpos de los adolescentes están llenos de energía y de idealismo, aunque a veces no lo demuestren. No pelees con él, guíalo. Impúlsalo a tomar riesgos sanos. Él podría desarrollar un cerebro más fuerte y valiosas habilidades en el proceso.

En los cerebros de los adolescentes, la luz de seguir ADELANTE brilla mucho, pero las de CUIDADO y ALTO no siempre están conectadas. Por eso es que los adolescentes son más propensos a tomar riesgos. Al guiar a tú hijo adolescente hacia retos saludables, podrás ayudarlo a madurar y con suerte, a distraerlo de tomar riesgos negativos.

Si tú piensas que tomar riesgos es algo malo,
no eres la única persona.

La psicólogo Lynn Pontón dice, “Hay dos cosas absolutamente claras sobre los adolescentes: van a tomar riesgos y la mayoría de sus padres se sienten aterrados por ello”. No es para menos. Un estudio de “Teens Today” demostró que muchos padres piensan que los riesgos tomados por adolescentes incluyen manejar imprudentemente, tomar hasta emborracharse, usar drogas, etc., todo negativo.

Pero hay riesgos saludables. Por ejemplo, practicar el snowboard, comenzar un pequeño negocio o concursar en un show de arte. Ninguno de estos pone a tus hijo/as adolescentes directamente en riesgo, pero todos requieren que se arriesguen a algo (fallar, críticas, etc.). En el proceso, ello/as ganarán confianza en sí mismos, valor y las habilidades de planear y resistir impulsos, todo lo importante que necesitarán en su vida.

Enséñale a tus hijo/as a enfocarse
en los riesgos saludables

Seguramente hay muchas oportunidades sanas (y baratas) allí mismo en tu comunidad, como por ejemplo unirse a un equipo de deportes o presentarse a una audición.

Trata de encontrar ideas en la biblioteca, la escuela o en un lugar como estos:

Asociación Americana de Campamentos: describe los beneficios de tomar riesgos sanos y el cómo ayuda ir a acampar.
Estudiantes en Contra de Decisiones Destructivas (SADD): tiene muchas ideas e información escrita sobre actividades positivas y tomar riesgos desde el punto de vista de un adolescente.
What Kids Can Do (Lo que los niños pueden hacer): incluye entrevistas con adolescentes que tomaron riesgos y crearon aprendizajes importantes con un propósito público .
Smart Girls Know (Las niñas inteligentes saben): contiene artículos y listas de libros, revistas y sitios Web enfocados en darles ideas y aliento a las niñas.

Una vez que tu hijo/a adolescente se decida por algo, puede que necesite ayuda para comenzar. Recuerda que sus habilidades de planeamiento y estrategia todavía no están desarrolladas. Ten cuidado de no sobrepasarte. Darle mucha ayuda podría destruir su autoestima.

…y entiende las consecuencias de riesgos negativos

Riesgos negativos como experimentar con drogas, manejar sobrepasándose el límite de velocidad, copiarse en un examen, robar, ir en un auto con un conductor borracho, etc., usualmente tiene consecuencias negativas. Muchas veces, nuestros hijos adolescentes no resisten la tentación y creen que nada malo les va a pasar. Sus cerebros no están conectados de forma óptima como para parar y pensar primero.

Hacer una diferencia

Cuando tu hijo adolescente invierte tiempo y energía trabajando en una causa en la que cree, llega a ver y sentir su impacto en el mundo. También obtiene buena práctica de planeamiento y de preparación para el futuro, los cuales hacen su cerebro más fuerte.

Ayúdalos a enfocarse en sus propios intereses

La mayoría de los adolescentes están llenos de entusiasmo, pero están bajos de ideas específicas. Sentarse a sacar ideas puede ayudarlos a encontrar la actividad perfecta para ellos.

Aquí hay algunas preguntas para comenzar la conversación:

*Si tuvieras un año para cambiar el mundo, ¿qué harías? ¿Y si sólo tuvieras una semana? ¿O un día?
*Si tuvieras que regalar 1 millón de dólares, ¿a quién se lo darías y por qué?
*¿Qué piensas que haría a nuestra comunidad un mejor lugar para vivir?
*Si tu hijo/a adolescente dice algo que viene de la nada como: “Quiero volar en un planeador alrededor del mundo para hacer pensar más a la gente sobre la contaminación del aire”, no digas nada.

Escribe la idea en un papel sin importar lo tonto que tú creas que es, y continúa sacando ideas. Así es como funciona el proceso.

Para inspirarte, ve lo que están haciendo otros adolescentes

Si su sesión para sacar ideas resulta ser mala, consulta con escuelas, el YMCA local o la Cámara de Comercio para enterarse de lo que está pasando en su comunidad. Puede haber docenas de opciones cerca de casa, como servir comidas en refugios, leerle a ciegos, enseñarle habilidades de computación a personas de la tercera edad, etc.

Si ninguna de sus ideas lo inspira, piensa en forma global. Hay miles de recursos en internet para voluntarios adolescentes, que incluyen:

www.drugfree.org
www.dosomething.org
www.globalroutes.org
www.rootsandshoots.org/campaigns
www.whatkidscando.org
De allí ayúdalo a seguir con su idea

Es posible que la organización no esté en la lista de los mejores diez talentos de tu hijo adolescente, ya que esa parte de su cerebro todavía se está desarrollando. Así que cuando él encuentre una idea que le guste, ayúdalo al hacerle algunas preguntas como: “¿A quién llamas para ofrecerte como voluntario?” “¿Cuánto tiempo quieres aportar?” “¿Cómo llegarás allí?” “¿Qué ropa, habilidades o herramientas necesitas?”

Si tu hijo/a pierde el rumbo, no te metas inmediatamente para ayudarlo. Déjalo luchar un poco para encontrar una solución, ya que hará que su cerebro se fortalezca. Si se ha desalentado o puesto flojo, aliéntalo. Si todavía no quiere salir adelante, probablemente tiene una buena razón.

A lo mejor su vida es muy ocupada y el voluntariado simplemente lo estresaría de más. En ese caso, déjelo así. Él tiene bastantes años por delante para dejar su huella en el mundo.

Escoja sus batallas

Cuando aprenda a reconocer el comportamiento típico de un adolescente, podrá controlar sus reacciones automáticas a ellos y comunicarse de forma clara en momentos conflictivos. También lo ayudará a darse cuenta de que amistades no saludables y la falta de sueño pueden alterar el humor, el juicio y el comportamiento de un adolescente en gran forma.

Sus emociones

El comportamiento típico de un adolescente puede disparar muchas emociones en los padres. Al aprender a reconocer esos comportamientos y a manejar nuestros propios impulsos, evitaremos darle el control a nuestros adolescentes. Además, nos comunicaremos mejor porque nuestros mensajes no estarán obstaculizados por emociones.

El primer truco es prestarte atención a ti mismo

¿Qué pasa cuando tu hijo/a adolescente te responde mal? ¿Se te aceleran las palpitaciones del corazón? ¿Se te ponen las mejillas coloradas? ¿Se le pone el cuello tenso? Estas son las señales de advertencia de una reacción instintiva. El momento en que sienta las señales, respire profundo (bien profundo si es necesario) o tómese unos minutos para calmarse. Pero antes de irse, fije una hora en la que los dos regresarán y continuarán la conversación.

Luego, aprende a reconocer el comportamiento típico de un adolescente para que no sobrereaccionen

Ya cuando sabe que el desarrollo del cerebro de un adolescente le puede afectar el comportamiento de forma extraña, podrás ver a tu hijo/a adolescente de diferente manera. Haz una lista de las cosas que hace tu hijo adolescente que lo hacen sentir frustrado, impaciente, enojado o amenazado. Incluye palabras, emociones, gestos y lenguaje corporal específicos. Al escribir esas cosas te ayudará a reconocer el mismo escenario cuando se repita y podrás decirte que no volverá a caer en la misma trampa otra vez.

No te desconectes para que puedas
ver las señales de peligro

Desconectar sus emociones del drama diario de tu hijo/a adolescente, no significa que debas ignorar lo que ves. Estas cosas se merecen su debida atención, especialmente si ves varias a la vez:

*Se le hace difícil concentrarse.
*Está callado, deprimido, cansado o no le importa su apariencia.
*Es hostil, no coopera y se pasa de la hora de llegada a casa.
*Las relaciones con su familia están desmoronándose.
*Está pasando tiempo con un nuevo grupo de amigos que tú piensas que son una mala influencia.
*Sus calificaciones han bajado y muchas veces no va a la escuela.
*Ha perdido el interés a los deportes y a otras de sus actividades favoritas.
*Sus patrones de alimentación y dormitar han cambiado.
*Sus ojos siempre están rojos y le moquea la nariz, pero no tiene alergias ni está enfermo.
*Es muy explosivo cuando está enojado.
*Se desaparece el dinero en la casa.
*Encuentra evidencia (pipas, pipas de agua, papelillos para enrollar cigarrillos, botellitas de medicina, gotas para los ojos o encendedores de butano).


Analiza las acciones de tus hijo/as y coméntanos
¿Qué actitudes de las que mencionamos notaste?

Vía csv.org.mx

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